Roque Bermejo, en el extremo más oriental de la isla, en el punto más próximo al continente europeo, a los pies del faro de la Punta de Anaga, constituye el ejemplo perfecto de lo que fueron las explotaciones agrícolas costeras de la Península de Anaga. Puntos remotos comunicados con el resto de la isla por mar, pues la travesía por los abruptos y forestados montes de Anaga resultaba mucho más cansina y larga que la alternativa marítima.
Las Charcas de Erjos en las tierras altas del Noroeste de la isla, a medio camino entre los municipios de Los Silos y El Tanque, constituyen el más importante de los humedales de la isla de Tenerife. Un paisaje singular, cuyo apogeo llega tras las lluvias de invierno y que se fue conformando en un terreno impermeable surgido como consecuencia de las extracciones de tierra fértil para el “sorribado” de fincas en zonas de costa.
El Monte del Agua, localizado en el macizo de Teno, en la vertiente noroccidental de la isla de Tenerife, es junto con los bosques de los Montes de Anaga, en el otro extremo de la isla, el mejor ejemplo de Laurisilva de la isla de Tenerife.
Llegados a Tonazaro, sorprende el brutal corte natural, la vertiginosidad de sus paredes de piedra y su privilegiada situación como atalaya natural sobre las tierras de la costa suroccidental de la isla. Es uno de esos rincones mágicos de la isla donde se oye el silencio y donde se siente una enorme energía telúrica.
La ciudad de Santa Cruz de Tenerife alberga muchas gratas sorpresas al visitante que dedica el tiempo necesario para recorrer sus ajardinadas calles y preciosos rincones históricos, siempre rezumando, en la mayor parte de las ocasiones, elementos modernistas y eclécticos, tendencias arquitectónicas dominantes en el período en que la ciudad experimentó su primer gran ensanche.
Los Roques de García son una serie de formaciones rocosas situadas en la base del Teide a 2100 metros de altitud, separando las dos calderas que integraban en origen el Parque Nacional del Teide, patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que se yerguen a la altura del Parador Nacional sobre los Llanos de Ucanca.
La Punta de Teno, es el extremo occidental de la isla de Tenerife, la zona de mayor exposición solar de la isla, la de mayor número de horas de luz al año y el punto más próximo a América.
El jardín de Sitio Litre pasa por ser el jardín más antiguo de Tenerife, debiéndose el mismo a las reformas que a partir de 1778 hiciera Archibald Little sobre la mansión que heredara de su tío y fundador de la hacienda.
Casas de Chinamada es una diminuta aldea trogolodita en un recóndito lugar del macizo de Anaga en el noreste de la isla de Tenerife. Un lugar caracterizado por su virginidad.
En la costa norte de Tenerife, a las afueras del Puerto de la Cruz, pasado el Loro Parque, tomamos la entrada del Hotel Maritim conduciendo hasta el final del camino a la altura de los apartamentos Acapulco y ahí aparcamos el coche. Ahí en el extremo más alejado del frente de costa, bajo la sombra de unos imponentes ficus robusta, se accede al camino que nos llevará a Los Roques.
Conocí en una ocasión a una persona que decía que el día de su final quería ser enterrada en el cementerio de Igueste de San Andrés. Sin duda, el cementerio de Igueste es el más romántico y mediterráneo de la isla. Recuerda indefectiblemente a los cementerios de las islas griegas o al de las islas italianas del mar Tirreno.