Cada una de las grandes casonas o mansiones de Tenerife constituye un testigo actual de un determinado período histórico, y todas y cada una de ellas encierran una historia singular, una pasión. Villa Clara es fruto de la pasión de su primer propietario y promotor, D. Bernardo de la Rosa, por las grandes mansiones sureñas de los Estados Unidos de América.
Durante buena parte de la segunda mitad del S. XIX y principios del S. XX se repitió por Europa Central un modelo de mansión del que existen muy pocos ejemplos en España y menos aún en la isla de Tenerife, la gran mansión anexa a la fábrica o al negocio familiar, algo así como una mansión-fábrica.
Las Casas del Camino Real de Fasnia son una antigua hacienda rural del S. XVII asentada al pie de lo que fuera la principal vía de comunicación de los pueblos del sur de la isla: el antiguo Camino Real de Piedra.
La mansión de los Lercaro en La Laguna, construida por encargo de Fernando de Lercaro en 1593, es un extraordinario palacio de inspiración genovesa con elementos manieristas, que con el paso de los años fue absorbiendo e incorporando toda una serie de casas y construcciones adyacentes.
La histórica Mansión de Tenerife conocida por “Sitio Litre” fue erigida en la década de 1730 por quien fuera comerciante escocés de vinos canarios, el Sr. John Paisley, tío de Archibald Little quien heredó la finca en 1774. Como tantas veces, un vocablo inglés, en este caso un apellido, fue canarizado transformando el “Little” en “Litre” y así quedó para la posteridad.
La Hacienda San Nicolás, es una distinguida mansión señorial de Tenerife del S. XVII, adscrita desde siempre a la importante familia Valcárcel, tal y como puede comprobarse visualizando el escudo de armas que porta la ermita de la finca.
La Casa de Hodgson es una de esas espléndidas mansiones de Tenertife construidas a principios del S. XX por la alta burguesía de la isla y que jalonan la Rambla de Santa Cruz, en pleno ensanche de la ciudad. Concretamente surge del encargo que hiciera D. Ricardo Hodgson en 1925 al por aquel entonces prometedor arquitecto de Tenerife, D. Domingo Pisaca Burgada y que culminaría en 1928 con la terminación de esta preciosa e histórica propiedad.
Situada a las afueras de San Pedro de Daute, primer núcleo poblacional de la Isla Baja, en el noroeste de Tenerife, la Hacienda del Marqués de la Quinta Roja es, a todas luces, una de las mejores mansiones históricas de Tenerife. Una joya arquitectónica enclavada en un entorno paradisíaco.
Encargada por la familia Quintero García y diseñada en 1905 por el renombrado arquitecto vallisoletano Mariano de Estanga, la villa de la calle Jesús y María 15, en Santa Cruz de Tenerife, con su torreón culminado en una cúpula plateada, sus fachadas asimétricas, su predominio de lo curvo y su explosión de motivos florales y vegetales por doquier, es una genuina representante y máximo exponente del caprichoso art-nouveau en Tenerife.
Existen en Tenerife diversas propiedades inmobiliarias adscritas a la que en su día fue la poderosísima Familia Carta, siendo esta de Valle de Guerra, más que una mansión, pues la mansión familiar por antonomasia de esta familia sería sin duda el Palacio de Carta ubicado en la actual Plaza de Candelaria de Santa Cruz de Tenerife; una gran hacienda, finca o propiedad rural de Tenerife.
Quizás de entre todas las mansiones de Tenerife, sea esta la que más me ha gustado o al menos, la que más se parece a mí ideal de mansión, tanto por su ubicación, como por sus medidas, por algunos de sus detalles y su distribución.