La Casa o Mansión Forniés

Durante buena parte de la segunda mitad del S. XIX y principios del S. XX se repitió por Europa Central un modelo de mansión del que existen muy pocos ejemplos en España y menos aún en la isla de Tenerife, la gran mansión anexa a la fábrica o al negocio familiar, algo así como una mansión-fábrica.

Son muy abundantes los ejemplos de este tipo de construcciones palaciegas a la par que fabriles en Lodz (Polonia) donde los grandes industriales textiles de la época se hicieron construir sus mansiones como anexos de sus fábricas, incluso como centros administrativos de sus fábricas; baste recordar en este sentido la famosa mansión Poznanski, pero el modelo se repite en muchas otras ciudades europeas de las que para evitar ser cansinos mencionaremos sólo el caso de Bamberg (Franconia-Alemania) y sus palacios-fábricas de los comerciantes del lúpulo.

Y es en este contexto donde debemos enmarcar a la casa o mansión de Forniés. Una fantástica construcción ecléctica con múltiples elementos barrocos que nace del encargo realizado en  1921 por D. Luis Zamorano al famoso arquitecto municipal D. Antonio Pintor y que acabó de construirse en 1925.

Encargó D. Luis una mansión anexa a su fábrica de tabacos La Victoria, frente a la plaza de la Paz, emblemático punto de reunión desde hace ya más de una década de los aficionados del Club Deportivo Tenerife cada vez que el Club de fútbol por antonomasia de la isla tiene algún resultado positivo que celebrar.

Esta interesante e histórica mansión de Tenerife se asienta sobre una parcela de 640m2 y dispone de una superficie construida total de 507m2, con una planta de 210,5m2. En ella destaca sobre todo su torreón coronado por chapiteles que a modo de mirador da inicio a uno de los tramos más sobresalientes desde el punto de vista arquitectónico de las Ramblas de Santa Cruz, el que discurre entre la ya mencionada plaza de la Paz y el Parque García Sanabria.

La casa que actualmente es sede provincial de Bankinter, merece ser visitada al menos en lo que a la accesible primera planta se refiere, pues detenta una interesante decoración de interior muy del gusto de los alegres años veinte insulares en las que se construyó.

La ausencia de un auténtico jardín y la proximidad de la todavía existente estructura fabril de la vieja fábrica de tabacos confieren a esta mansión tinerfeña un sello propio muy distintivo que hace de la misma un elemento quizás no lo suficientemente resaltado dentro del conjunto histórico patrimonial de la capital de la isla de Tenerife.