
Entre las mansiones más destacadas del ensanche del primer cuarto del S. XX de Santa Cruz de Tenerife se encuentra Villa Petra, un precioso palacete ecléctico diseñado en 1921 por el célebre arquitecto insular D. Domingo Pisaca Burgada, en lo que constituyó su primer trabajo nada más acabar su carrera de arquitectura en Península.
Fue el promotor de la obra D. Cándido García Dorta, que puso a su señorial mansión tinerfeña el nombre de su mujer Doña. Petra San Juan y Jesús, con la que había fundado un próspero negocio de importación y exportación de productos hortofrutícolas, además de un famoso almacén de tejidos “Les Pintemps” ubicado en la Calle San Francisco de esta capital de la isla de Tenerife.
La mansión se caracteriza por su icónico torreón rematado en punta y de cubierta cerámica, que parece todo un guiño a la arquitectura modernista catalana de aquel momento y de las décadas anteriores; no en vano el Sr. Pisaca cursó sus estudios de arquitectura en Barcelona, tras abandonar sus estudios de medicina en Cádiz, y con toda certeza se vio influenciado por las magníficas obras de Luis Domenech i Montaner o de Antonio Gaudí, entre otros.
Además del singular torreón, la vivienda cuenta con una espléndida cancela Art Nouveau de forja, que da estrada al jardín y que pasa por ser el mejor trabajo de este tipo en Canarias.
Tras la cancela, ya dentro del recinto ajardinado, se despliega una elegante escalera que da acceso a este estandarte de la arquitectura burguesa canaria de principios del siglo pasado, dando entrada a una casa de dos alturas, en cualquiera de los tres cubos en los que se distribuye, salvo en lo que al torreón circular se refiere que dispone de una planta adicional.
Junto a la casa, en uno de sus laterales, se yergue una antigua cochera rematada por un trabajo en madera de elementos victorianos.
La fachada en cada uno de sus rincones se ve jalonada de elementos constructivos y decorativos modernistas por un lado y clásicos por otro, lo que contribuye a resaltar su marcada impronta ecléctica.
El espléndido conjunto y su ubicación en esquina han contribuido a hacer de Villa Petra quizás la más famosa de las históricas mansiones burguesas que se localizan en las renombradas y siempre en flor Ramblas de Santa Cruz, donde jacarandas, flamboyanes, tuliperos del Gabón, petunias y flores de pascua van alternándose en la siempre mutante sinfonía de color que caracteriza a esta avenida principal de la capital de Tenerife.