Fue el SAN SEBASTIAN 57 el primer restaurante del que yo tenga consciencia en Santa Cruz de Tenerife en emplatar individualmente sus platos ante la petición de los comensales de decidir compartir la comanda. Tan solo ese detalle sería suficiente para mostrar la clara vocación de servicio, el extra esfuerzo, que todos los del miembros del equipo de Alberto, chef cántabro al frente de los fogones del restaurante, están dispuesto a hacer por lograr clientes satisfechos y veladas inolvidables.
Este vienes noche, 18 de junio de 2021, tuvimos la magnífica idea de reencontrarnos tras mucho tiempo con unos viejos amigos en el San Sebastián 57, compartiendo una noche culinaria mágica.
En lo que al SAN SEBASTIÁN 57 respecta, siempre he pensado, y soy cliente desde que se inauguró hace ya varios años, que es más restaurante de entrantes que de platos principales, por lo que tengo tendencia a solicitar muchos entrantes, de diversas texturas y sabores, todos a compartir, y solo dos platos principales que son el bacalao al pil pil con hongos y papas negras, que es sin duda un plato estrella y el steak tartar que hacen ahí bastante bien.
Entre los entrantes, que pedimos en esta ocasión, nos sirvieron por este orden: CARPACCIO DE GAMBA DE HUELVA, con marinado oriental, corteza de camarón y brote tierno. Un plato muy sutil.
A lo que siguió, UN CEVICHE DE GAMBON, naranja, lima y crema de aguacate con manga, muy refrescante y bueno.
Siguió a eso, FOIE MICUIT, artesano, marinado en amareto, esfera de almendra amarga, melocotón y macho-cítrico, que estuvo excelente y en cuatro raciones, una en cada plato con su espolvoreado, realmente vistosos. A eso siguió el PULPO A LA PARRILLA, en espuma de papa negra, pimentón de la vera y arbequina volcánico.
Y terminaron los entrantes antes de llegar a los principales ya comentados, las CROQUETAS DE CALAMAR EN SU TINTA, realmente sabrosas.
El servicio corre a cargo de Melisa que es muy agradable y hable inglés, y de Carlos un reputado jefe de sala insular.
Finalmente, capítulo aparte merece la bodega, con la que no se puede fallar, pues a la carta de vinos del restaurante, se une la posibilidad de escoger cualquier vino del establecimiento contiguo, EL GUSTO POR EL VINO, que es hoy por hoy la mayor vinoteca de TENERIFE, un auténtico rincón mágico para todos los enamorados del mundo de la enología.