Mansión de La Quinta Roja

La Quinta Roja  Mansion

Construida a finales del S. XVI y destruida totalmente a raíz de la erupción volcánica que asoló la villa y puerto de Garachico  en 1706, LA CASA de LA QUINTA ROJA, es un soberbio ejemplo de arquitectura tradicional canaria. Una mansión urbana reconstruida en el S. XVIII respetando el mismo plano de distribución de la mansión que la precedió.

El edificio que ha llegado a nuestros días preside la plaza principal de la nunca suficientemente fotografiada localidad de Garachico, para muchos, el pueblo más bello de la isla y el que fuera hasta la fatídica erupción  el puerto más importante y la tercera localidad en población de Tenerife.

La casa presenta muchos de los elementos que caracterizan a las grandes mansiones señoriales urbanas de Tenerife, anteriores a 1850. Se emplearon en su construcción materias primas locales, como piedra de basalto “azul” para esquineras, algunos dinteles, remates de escalera. En origen tendría, ahora no, losa “chasnera” para parte del suelo del patio y zaguán. Lo que sí sigue teniendo ahora es gran cantidad de madera de tea, el corazón del pino canario, de extrema calidad y reputación por su resistencia y belleza, y que se ha empleado en todos los trabajos de carpintería: puertas, ventanas, dinteles, suelos de la planta superior, techos, balcones y galerías del patio, siendo esta casa uno de los mejores ejemplos de arquitectura tradicional que se preservan.

Faltaría, sin embargo, ver en construcción tan egregia, algún blasón, algún escudo nobiliario de la familia propietaria que en este caso fueron los Ponte, descendientes de D. Cristóbal de Ponte, quien fuera banquero genovés y uno de los principales financiadores de la conquista de la isla de Tenerife y fundador de la villa y puerto de Garachico. Una rama de descendientes de D. Cristóbal fue distinguida con la dignidad del título de Marqueses de la Quinta Roja en 1689, reinando Carlos II, de ahí el nombre actual de la casa.

A falta de blasones, de lo que sí dispone esta extraordinaria mansión de Tenerife, es de magníficos trabajos de carpintería entre los que destacan las cuatro ventanas principales de la fachada que mira a la plaza, todas ellas con contraventanas talladas con motivos geométricos diversos. Destacan también sobre manera las elegantes columnas del patio con nervaduras acanaladas y rematadas en capitel de volutas jónicas, todas ellas sobre plinto de madera asentado a su vez sobre una base pétrea, por no hablar del extraordinario mirador que corona el edificio y que dispone de un magnífico artesonado de madera que sirve de techo a lo que es hoy uno de los salones más destacados de esta gran casona tinerfeña convertida desde hace unos años en un muy recomendable hotel rural con encanto.

Fotos: www.quintaroja.com