Está documentado que esta histórica mansión de Tenerife fue construida en 1747, por quien fuera Sargento Mayor de Caballería, D. Francisco Gabriel Montañés del Castillo y Machado, por la muy respetable cantidad de 8.000 onzas de plata castellana, los míticos reales de a ocho, esto es, 64.000 reales o 198 kg de plata fina, o para la conversión oro/plata de la época unos 12kg de oro fino.
Su localización en la antiguamente llamada calle Real de San Cristóbal de La Laguna, hoy calle de San Agustín 16, venía a significar que se escogía para la construcción un aristocrático vecindario.
Constituye esta histórica mansión de Tenerife, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura del S. XVIII en la isla de Tenerife, siendo sede en la actualidad del Consejo Consultivo de Canarias, tras una total y muy acertada restauración que tuvo lugar a raíz de que la comunidad autónoma adquiriera el inmueble en 1985 rescatándolo de su otrora estado de abandono.
La sobriedad y belleza de la fachada, con la elegante simetría de sus ventanas de guillotina, su zócalo y listados de basalto, con su portada barroca de cantería, también de basalto, enmarcando el escudo de armas familiar en mármol blanco, que da paso a un sobrio zaguán de losa chasnera y de ahí, a una regia puerta que da acceso a uno de los patios más sublimes de toda la arquitectura civil urbana de Tenerife.
Patio que se conserva, como antiguamente, como lugar semipúblico de la casa, que no sólo procuraba ventilación a la misma y ayudaba a configurar la distribución y acceso a las distintas habitaciones, sino que repleto de plantas diversas y sobretodo helechos, en torno a la sencilla fuente, servía como lugar de primera recepción de invitados y estandarte del poderío familiar.
De este primer y principal patio, se accede a través de una maravillosa caja de escalera, decorada con pinturas murales del S. XIX a las dependencias principales de la segunda planta, que en la actualidad conservan gran parte del mobiliario original de la mansión.
Resulta curioso, sin embargo, la existencia a mano derecha según se accede al patio desde la puerta principal, de una segunda escalera de servicio, para acceder a una habitación, que de lo contrario quedaría descolgada de la casa.
Con todo, estas históricas mansiones de Tenerife, repletas de historia y escondrijos, tiene muchísimos otros elementos de interés, entre los que cabe destacar la existencia de un segundo patio interior, no accesible al público, pero que a tenor de las fotos observables en la web de la institución que alberga esta mansión, parece destacar por su contundente trabajo de carpintería.