En Tenerife y Canarias, en general, se conoce como Malpaís a los terrenos formados por lavas volcánicas, predominantemente pétreos, con gran pobreza de suelo agrícola. Son zonas que requieren de un “sorribado” previo, esto es, del transporte de suelo vegetal de calidad de las zonas altas y boscosas de la isla, para que puedan ser explotados agrícolamente.
La hacienda o mansión de Tenerife de la que tratamos en este artículo, se asienta sobre una baja, un malpaís ganado al mar en alguna erupción prehistórica o por desprendimiento de acantilados costeros debido a la acción marina, que fue posteriormente “sorribado”, para generar, la inmensa explotación, en términos insulares, de 600.000m2 de superficie dedicada al plátano que es hoy la Finca El Malpaís.
El origen de esta finca situada en la localidad de El Guincho, apelativo local con el que se conoce al águila pescadora, en el municipio de Garachico, en el Noroeste de la isla, comarca conocida como la Isla Baja; se sitúa en el reparto de tierras del que fue beneficiario D. Cristóbal de Ponte, banquero y comerciante genovés, en 1507, que financió en parte, la conquista de la isla de Tenerife en 1496.
Por tanto esta mansión de Tenerife tiene sus orígenes en el S. XVI, estando datada la construcción de la ermita de la finca en 1565 y la constitución de su Mayorazgo en 1608.
Esta mansión de Tenerife, se caracteriza como la mayor parte de las grandes haciendas rurales de Tenerife, por tener plata en forma de L, y por tanto por disponer de un patio abierto, que en este caso, está presidido por un drago de más de cinco siglos de antigüedad y por un palmeral plantado en 1902.
Pero además del precioso patio y del abolengo que rezuma esta fabulosa mansión de Tenerife, es elemento singular de esta gran Hacienda, el precioso ajimez, que tanto recuerda al de los conventos de clausura de la isla de Tenerife de aquella época.
Esta mansión de Tenerife sigue siendo a día de hoy, cinco siglos después, propiedad de la familia Ponte, que ha sabido conservar esta joya arquitectónica hasta nuestros días, transformándolo en un precioso hotel rural, conocido como Hotel Rural El Patio, de cuya web hemos obtenido las fotografías que ilustran este artículo.