Mesón El Drago

Meson El Drago

El Mesón El Drago es probablemente el más icónico de los restaurantes de Tenerife. Es un restaurante fundado por quien es considerado por muchos el primer gran chef de la cocina canaria D. Carlos Gamonal y que ahora es regentado por sus hijos.

Este magnífico restaurante de Tenerife se sitúa en el barrio de El Socorro rodeado de las campiñas del municipio de Tegueste en el norte de Tenerife, y además de la belleza del viejo caserón de estilo tradicional canario en el que se ubica, se aprecia en él desde el primer momento, ese cuidado por los detalles que después se advierte en su famosa selección gastronómica. Hay muchos matices que hacen de este templo gastronómico un lugar especial. Sin duda, uno de ellos es su precioso patio, donde se ubica la espectacular cocina abierta del restaurante, repleta de botes de especias, fogones y calderos.

Otra es la enorme colección de objetos antiguos ligados al buen comer, a los alimentos que da la tierra y a las tareas agrícolas en general. El Mesón el Drago es en parte un gran museo dedicado a la tradición culinaria de Tenerife y a su mundo rural, constituyendo en cierta medida una especie de museo etnográfico de Tenerife. Una vez elegido el lugar donde dar comienzo al banquete, que puede ser interior u exterior, aunque siempre elijo interior, nos encontramos con un ambiente sumamente acogedor y con un servicio  atento, con muchas ganas de agradar, nunca intrusivo pero siempre pendiente.

El gran salón comedor, profusamente decorado, repleto de historia y de detalles, con ese magnífico suelo de barro cocido, invita a largas conversaciones y entretenidas sobremesas. Se trata en este sentido de un restaurante generoso con el tiempo de sus clientes, siempre predispuesto a alargar lo que sea preciso el horario hasta que los clientes den por terminada su velada al calor de un buen brandy.

La carta de vinos, no excesivamente extensa, pero con todo lo necesario y sobre todo con precios muy asequibles, como intencionadamente asequibles para permitir maridar a placer los platos que se degustan, es la primera sorpresa agradable que uno se encuentra una vez sentado.

Después, de entre los platos habituales, el cabrito embarrado es simplemente un imprescindible, si bien hay muchas más sugerencias interesantes, muy especialmente entre los postres y los entrantes. Por todo ello, este magnífico restaurante de Tenerife ocupa un lugar de honor entre la extensa oferta gastronómica de la isla.